CAMBIO DE RUTA

Desde el jueves pasado cambió mi ruta, ya no veo a los vendedores de flores del cementerio el angel, ni a la señora ancian muy ancianita que sale a vender camote frito en la puerta de su casa, ni las casas hechas de barro y quincha que ya se caen, tampoco a todas las personas que suben al bus en el mismo horario que el mío. Es raro ir por otra ruta, no me acostumbro del todo todavía.Pero dicen y a veces repito también que el cuerpo humano es maleable es decir moldeable se acomoda a las circunstancias más difíciles. Espero en estas circunstancias que son muy difíciles para mi pueda acomodarme como siempre lo hago habituarme a los cambios. A todos los cambios que se vienen.