lunes, 14 de enero de 2008

EN EL MICRO



Viajo constantemente en el micro por mi trabajo principalmente y a veces porque el taxi es muy caro o no quiere llevarme a mis destino, "no voy" dicen. Lo que más me molesta del viaje en el micro es el famoso "asiento reservado" que de reservado no tiene nada!. Veamos un ejemplo: sube una señora con un niño en brazos, o un anciano (a), una señora gestando. La persona que está en ese momento ocupa el asiento reservado mira a todos lados, a ver si alguien le cedió el asiento porque y esto es peor todavía, nadie NADIE, N-A-D-I-E!!! te cede el asiento, te pueden ver con un montón de bolsas, en el brazo con unos tacos insufribles, y encima dada mi condición de baja estatura sufriendo por alcanzar el pasamanos y ningún chusco se digna cederme el asiento, encima tienen la desfachatez de ofrecerte a llevara tus cosas "la ayudo" te dicen, NO! gracias, les respondo; "estoy muy bien" es mi respuesta. Pero volvamos a las personas a quienes si les corresponde le cedan el asiento, no reciben ningún tipo de consideración.

El cobrador se desespera gritando pidiendo que cedan el asiento. Y nada. Una señora muy oronda ella, viajaba con su hijo de unos 8 años ocupando el asiento, sube una ancianita y el cobrador le pide que le ceda y se niega, si, se niega!.¡Increíble! encima aduce que el niño pagó su pasaje como si eso le diera derecho a no ser cortés o en otras palabras a no ser educado. Luego se quejan de los valores venidos a menos. Es una de las tantas excusas. En fin, no hagamos hígado. Cedamos el asiento portémonos como seres civilizados y sobretodo como seres humanos.

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